domingo, 7 de marzo de 2010

Velando

Se acercó al cuerpo decapitado de Sir Drognak. Le tendió sobre su espalda y le cruzó los brazos a la altura del pecho. Le parecía que así, al menos, guardaba un poco más de dignidad en su muerte.

Encontró la cabeza a unos pocos palmos de distancia sobre la hierba, mirando a la distancia como si se avergonzara de ella. La cogió delicadamente con las dos manos y le dio la vuelta. Unos ojos furiosos la contemplaban impasibles. Súbitamente, la cabeza empezó a hablar:

-¡Me abandonasteis! -exclamó, rezumando desprecio.
-¿Qué...? ¡No...! ¡No teníamos más remedio! ¡Hubiéramos muerto todos!
-¡Me dejasteis solo! ¿Esa era la ayuda que me ofrecíais? ¡Panda de inútiles peleles, no conseguisteis nada!
-¡Lo intentamos! ¡Lo intentamos lo mejor que pudimos! ¡La situación...!
-¡No me servisteis en vida, pero al menos me serviréis en la muerte!

Notó como una mano le agarraba el brazo. Al girarse vio como el cuerpo de Sir Drognak se había levantado y la agarraba con un brazo mientras con el otro se preparaba para descargar un golpe con la espada.

-¡No...! ¡No! ¡No! -cerró los ojos mientras se encogía sobre si misma, demasiado asustada para hacer nada.
-¿Sam...? ¿Samlara? -susurró una voz.
-¡N...! ¿Eh...? ¿Eh, qué...?

Abrió los ojos. Margaery la empujaba suavemente en el brazo, intentando despertarla.

-¿Estás bien? Acabo de entrar y te he visto agitarte en sueños, ¿alguna pesadilla?
-Si, era... bueno, nada, no era nada... -tuvo un escalofrío-. Supongo que me he quedado dormida en algún momento de la noche... Yo... quería velar a Javea por si surgía algún problema...
-No te preocupes, ya me puedo quedar yo.
-No, no es necesario... noto como la fuerza de Sira renace en mi al iniciar el nuevo día. Mi diosa ha tenido a bien otorgarme un día más su bendición. Ahora puedo hacer algo más por ella que velarla. Espera.

Se acercó a la cama y extendió las manos sobre el pecho de Javea. Sus manos irradiaron una luz de tono cálido durante unos segundos. Al poco, Javea empezó a respirar con mayor regularidad.

-Aún no está recuperada del todo, pero ya está fuera de peligro -juntó las palmas de las manos a la vez que murmuraba "Gracias, Sira".

Acarició su suave pelo liso. El blanco casi plateado que había adquirido tras haber vuelto del coma le daba un aire adulto, apuntando a lo que sería una deslumbrante juventud.

-La verdad, entiendo por qué la miran tanto... Me da una cierta envidia. Es decir, no me da envidia que la miren, pero sí que sea tan guapa... Quizás si fuera así...
-¿Quizás si fuera así...?
-Nada, un pensamiento perdido...
-Mmm... ¿Quizás si fueras así... alguien se fijaría en ti...? ¿Alguien... conocido?
-¿Tu también vas a empezar con esas tonterías, Gery? Tengo suficiente con aguantar a Mornan todo el día, ¿sabes?
-Vale, vale...
-Por cierto, ¿qué pasó con Wurden? Cuando le encontré estaba a un paso de la muerte...
-¡Ja! La verdad, es una buena historia...

1 comentario:

Kineas dijo...

Deberías empezar a plantearte otros objetivos. Hay un hombrecito que está a unas cuantas celdas de la tuya que te mira con ojillos golosos.

Quizá no sea muy alto, pero está bien posicionado.