martes, 27 de julio de 2010

Un nuevo comienzo

¡Tierra!

Abrió los ojos y se incorporó del incómodo jergón. Su mano rozó la empuñadura del estoque sintiéndose mucho más tranquila. La habitación se balanceaba con el rítmico movimiento de las olas. Arriba, en cubierta, el paso apresurado de algunos hombres provocaba crujidos en la madera del techo. Se notaba actividad.

Bajó del camastro enfundándose sus botas de piel. Estoque al cinto y pañuelo cubriendo el largo y sucio cabello. Retocar con maquillaje la cicatriz de la cara le llevó un par de minutos y toda la destreza que era capaz. Se puso las hombreras y musleras. Se apretó el corpiño. La delicada muchacha que había abierto los ojos hacía un rato se había convertido en un fornido marinero.

Quitó el candado y abrió la puerta de un empellón. La escalera que subía a cubierta se encontraba a escasos metros de distancia. Al llegar arriba, vio que la pequeña galera estaba fondeando en una bonita bahía con playa. Estaba nublado pero la visibilidad era buena. A cien metros, en la costa, podía ver un poblado compuesto por un pequeño grupo de cabañas de madera. Había gente esperando allí y eso a ella no le convenía. Se acercó al capitán y le saludó con un gesto.

- Capitán, bajaré de los primeros si no hay problema.

- Como quieras. El que paga manda.

Asintió. Cinco minutos más tarde, un pequeño bote cargado hasta los topes con paquetes y dos marineros, llegaba a la playa. Un rato después, Alana se perdía en la campiña camino a Red Hook y una nueva vida.

martes, 20 de julio de 2010

La importancia del trasfondo

Comparemos las siguientes escenas:

1)

El chaval de 17 años, pelo negro azabache mal vestido y algo enclenque, entraba en el fuerte dispuesto a recibir el entrenamiento que le permitiese convertirse en un héroe.

2)

Zack, hijo no reconocido de una campesina y algún noble menor cuyo nombre él nunca quiso saber, entró en el cuartel con los ojos como platos. Nunca antes en sus 17 años de granjero había visto una edificación de semejante tamaño. Su madre, ahora unida a otro hombre, tuvo que mandarlo al cuartel cuando las cosas dejaron de ir bien en la granja. Un grupo de criaturas no identificadas habían acabado durante el año pasado con todos sus animales sumiendo a su familia en la pobreza. Zack prometió investigar el asunto en cuanto se sintiese suficientemente fuerte.

Así que el joven Zack, con la cabeza alta y sus zapatos remendados mil veces, entraba en el fuerte esa soleada mañana dispuesto a cambiar el mundo.

****

Supongo que todos intuís que el trasfondo de los personajes ayuda al desarrollo de una partida. Saber cosas del pasado de uno mismo dota de fuerza, carácter y realismo al alter ego que llevas. En el ejemplo anterior, en ambos párrafos tenemos la misma información transformable a números. A saber: un muchacho humilde empezará en breve la instrucción militar. Ambos párrafos otorgan la misma información a la hora de hacerse la ficha, el segundo simplemente está adornado con motivaciones y trasfondo.

¿Por qué es útil saber que el chaval es hijo de una campesina? Bien, probablemente no sirva para gran cosa durante la primera sesión. Pero por el contenido del mismo intuimos que su madre quiere a su hijo y que en caso de necesitar un lugar donde esconderse, su granja o alrededores pueden ser muy útiles. Sabemos también que el chaval tiene algo de sangre noble en las venas, esto podría ser una ventaja si el padre muriese sin dejar herederos, o bien podría ser un inconveniente si el padre decidiese que tiene que matar a todos los bastardos que ha ido dejando repartidos por el reino.

No quiero enrollarme mucho, porque cuanto más largo sea el texto menos posibilidades hay de que alguien lo lea. Lo que quiero decir, resumiendo, es que en escribir las líneas de trasfondo que habéis leído antes he tardado cinco minutos. Y creo, sinceramente, que las ventajas de hacerlo para tener una mejor experiencia de juego merecen mil veces la pena.