- ¿Qué es lo que te ha dicho?
- Me ha preguntado acerca de mi viaje, me ha dado su bendición y después... después me he sentido en paz...
Miró a Mornan. Ciertamente, parecía más relajado. Se apreciaban asimismo ligeros cambios en su aspecto, la palidez que le acompañaba anteriormente parecía haber remitido, sus ojos brillaban de nuevo con la energía de la juventud y sus hombros erguidos habían vuelto a recuperar su porte orgulloso y desafiante.
La comprensión de lo sucedido estalló en su mente. Sintió como la carga que la oprimía se liberaba, dejándola flotar en un estado de felicidad. Su mente repetía una y otra vez las palabras "gracias Sira", incapaz de pensar en nada. Abrazó a Mornan, conteniendo las ganas de llorar de alegría.
Salieron del templo. El atardecer pintaba de un naranja rojizo la plaza. Una suave brisa levantaba las hojas caídas de los árboles, jugando a bailar con ellas. Al otro lado, un grupo de niños huían de dos niñas que les perseguían, chillando algo ininteligible. La situación le trajo a la memoria recuerdos de su infancia, jugando con Zoe por las calles de Red Hook, cuando conseguían huir de la severa vigilancia de Selu... ¿Cómo estarían las cosas en su hogar? ¿Qué tal estaría su hermana? ¿Habrían recibido bien sus mensajes?
- Vayamos a buscar a los demás, quizás hayan conseguido sacar algo de dinero por toda aquella chatarra.
El pragmático monje la sacó de su ensimismamiento. Inspirando profundamente, se llenó los pulmones de aquel aire cargado de vida. Realmente, se sentía feliz.
sábado, 28 de noviembre de 2009
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2 comentarios:
Adres, realmente escribes bien. Deberías considerar enviar alguno de tus breves relatos a algún tipo de concurso o certamen... y lo digo en serio ;)
Qué buena es Samlara.
Seguro que mis osgos disfrutan con alguien así de tierna...
A ver si este puente jugamos nenes, que ya estoy de vuelta en la spagna.
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