domingo, 17 de enero de 2010

La taberna del Trol Aullador

Ambiente cargado, humo en mayor proporción que aire, suficiente ruido como para no poder oír tus propios pensamientos y un olor a sebo impregnándolo todo. Sí, definitivamente aquella debía ser la taberna del Trol Aullador. Humanos de distintas clases bebían y gritaban por todas partes. Un grupo de enanos no se quedaba atrás, jaleando y golpeando la mesa con fuerza cada vez que uno de sus compañeros apuraba su jarra.

-Encantador. Ahora... ¿donde estáis...? -susurró, mirando alrededor.

Un brazo se alzó de entre la marea de gente. Mornan le hacía señas, llamándola. Al acercarse vio que le hacía un sitio entre él y Yank. "Maldito Mornan, siempre tan descarado", pensó.

-Hola, ¿lleváis mucho esperando?
-No, no, poco. Voy por la segunda ronda... así que ellos aún están con la primera -sonrió ampliamente-. Verás, Wurden y yo estábamos teniendo una interesante conversación con Yank...

Samlara tuvo un mal presentimiento. Margaery, situada frente a ella, miraba hacia otro lado mientras sonreía, tapándose la cara con la jarra al beber. Wurden, al lado de Margaery y frente a Yank, tenía una curiosa mirada en los ojos, similar a la de un niño que planea una travesura. Mornan empezaba a adquirir su "mirada de taberna", como a él le gustaba llamarla. En cuanto a Yank, su expresión era inescrutable. Tan pronto como se sentó, se dirigió a ella:

-Samlara, decían algo de que no te encontrabas bien... ¿es cierto, te sucede algo?
-Eh... no... nada...
-Sí que te sucede algo Sam, ¿eh? ¿No quieres decir nada?
-No se de que me hablas... -un ligero rubor asomó por sus mejillas.
-Escucha Yank, eh... perdona Sam, ¿me cambias el sitio?
-Como quieras... -aturullada, Samlara cambió el sitio con Mornan y se centró en la jarra que le acababan de servir, teniendo cuidado de escuchar las palabras de Mornan.
-Escucha granjero, creo que deberías acompañarla a su dormitorio...
-¿Por qué? ¿Está cansada, tiene algún problema? -preguntó, extrañado, el explorador.
-Joder, ¿es que no te enteras? La tien... -Samlara pisó con fuerza el pié de Mornan- ¡Auh, mierda! -exclamó Mornan, girándose hacia su repentina agresora, quien le miraba fijamente, los ojos abiertos como platos.
-¡Coño Sam, no sabrás manejar tu porra, pero bien que pisas! ¿Qué te pasa ahora? -susurró indignado Mornan, inclinándose hacia Samlara.
-¿Eres idiota? ¿Se puede saber qué demonios le estás diciendo?
-Pues que quieres que le diga, sólo intento...

El sonido de un cuerno le interrumpió, extendiendo un manto de silencio en la taberna. Durante unos pocos segundos, nadie se movió. Miradas nerviosas recorrieron el lugar. Finalmente, un grupo cercano a la puerta se levantó y, como liberados de una fuerza invisible que les oprimía, el resto de la gente les imitó.

-Vayamos fuera a ver que sucede. Aunque creo que ya lo sabemos. -sugirió Margaery.

Recogieron sus cosas y salieron, rápido, en silencio, la alegría del momento acallada por un sonido de cuerno.

Ya en el exterior se dirigieron hacia la muralla, donde se hicieron un hueco tras las almenas. Lejos, aunque no tanto como sería deseado, se veía un mar de pequeñas antorchas, moviéndose por la tierra como un ejército de temibles luciérnagas. Un jinete se aproximaba a la ciudad, blandiendo una bandera blanca.

-Es el ejército orco -masculló Yank.
-No se entonces si son buenas o malas noticias... -dijo Samlara fijándose en el jinete.
-Malas. Siempre. Los orcos y las buenas noticias sólo van juntos si los primeros están muertos -Wurden escupió al suelo tras pronunciar estas palabras.

El jinete traspasó las puertas de las ciudad. Sir Drognak le esperaba al otro lado.

-Si fuera yo el que está abajo, le cortaría la cabeza -dijo Wurden.
-Menos mal que no eres tú el que está abajo... -respondió Yank, entre dientes.

Nadie añadió nada más. Se apresuraron a bajar para reunirse con Sir Drognak, impacientes por conocer las palabras del mensajero.

1 comentario:

Kineas dijo...

Wurden es un prodigio de la estrategia. Su modus operandi podría definirse como Wu-haciendoamigos.

Por lo demás, acabarás haciéndole un cunilingus a Mornan mientras Yank se pone cachondo mirándose al espejo.

Panda de estirados...

xD

Guapérrimo!